Sacerdotes de la Iglesia Luterana de Suecia
se quejaban de su paga porque, según informes, su salario era “bajo en
comparación con el de otras profesiones que requieren menos estudio o
adiestramiento”. Sin embargo, según el servicio de noticias del Concilio
Mundial de Iglesias, se esperan mejoras. Después de “una campaña larga y, en
parte, amarga”, los sacerdotes obtuvieron una semana de 40 horas de
trabajo. Pero ¿qué sucede si los suecos necesitaban ayuda sacerdotal después de
las horas laborales? El acuerdo laboral garantizaba pago de horas
extraordinarias por cada hora adicional de atención pastoral. Se espera que
este salario por tiempo extraordinario aumente en de 10 a 12% el
ingreso anual de los sacerdotes.
En contraste con esta preocupación de los
sacerdotes suecos por mejor salario por sus servicios, cuando Jesús envió a sus
discípulos a predicar les dijo: “Recibieron gratis; den gratis. No consigan
oro, ni plata, ni cobre para las bolsas de sus cintos”. (Mateo 10:8, 9.)
¿Qué quiso decir Jesús? Las buenas nuevas del Reino no habían de ser
comercializadas, ni habían de usarse para provecho personal egoísta. Los
discípulos se adhirieron a la guía de Jesús y cumplieron su ministerio. ¿Por
qué? Porque Dios los sostuvo en el ministerio.
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