El Globe de Boston informó acerca de
unas entrevistas que se hicieron a unos refugiados cubanos que fueron alojados
en el campamento de Fort Chaffee, Arkansas, E.U.A. Se entrevistó a una familia
de cuatro miembros que había sufrido persecución religiosa: “La pareja dijo que
su iglesia había estado cerrada por cinco años, pero que ellos continuaron
practicando su religión en su hogar. ‘En Cuba, si uno no trabaja con el
gobierno, si no hace trabajo voluntario y si es testigo de Jehová, no puede
obtener buen empleo,’ dijo [Luis Ernesto] Fuerte, quien era conductor de
taxímetro.
“Cuando solicitaba trabajo se le preguntaba
si tenía alguna religión. Fuerte decía que sí, y por lo tanto, no lo tomaban en
consideración. Al preguntársele por qué no mentía acerca de tener religión,
Fuerte mostró sorpresa. Dijo: “Eso sería mentir, y la Biblia dice que uno no
puede mentir.”
El saludo a la bandera
En 1976 un informe titulado “Los testigos de Jehová
en Cuba” afirmó que en los dos años anteriores unos mil padres, tanto hombres
como mujeres, habían sido encarcelados porque sus hijos no querían saludar
la bandera.
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