domingo, 22 de marzo de 2015

Las drogas... peligrosas y mortíferas


La historia de las drogas —sustancias que afectan a los sentidos— se remonta a los albores de la humanidad. Las sustancias naturales que actúan sobre el sistema nervioso se descubrieron pronto: el alcohol para relajar una mente cansada, los opiáceos para aliviar el dolor e inducir el sueño, las hojas de coca para inhibir los sentidos e incrementar el aguante.
El alcohol se conoce desde hace mucho tiempo. En la Biblia, en Génesis 9:20, 21, se nos dice que “Noé comenzó a trabajar de labrador y procedió a plantar una viña. Y empezó a beber del vino y se embriagó”. Al parecer, el opio ya era conocido en la antigua Mesopotamia, y hay registros de que se usaba extensamente en la antigua Grecia. El peyote, el tabaco, la coca, el soma, todas estas son drogas que han desempeñado un papel importante a lo largo de la historia.
Incluso en la literatura de ficción, las drogas han encontrado un hueco. Homero cuenta de la pérdida de memoria que sobrevino a algunos de los hombres de Ulises en la tierra de los lotófagos. El afamado detective novelesco Sherlock Holmes se inyectaba una solución de cocaína al 7% que decía encontrar “maravillosamente estimulante y clarificadora para la mente”, un punto de vista similar al que promovía Sigmund Freud, un intelectual de la vida real.
Las propiedades medicinales de las drogas fueron descubiertas rápidamente, pero su uso no se limitó a la medicina. Comenzaron a emplearse extensamente en ritos religiosos. Se las utilizaba para tratar de ampliar la capacidad de percepción, intensificar los sentimientos, acentuar el aprecio, alterar los estados de ánimo e incrementar la capacidad de amar. Pero también tenían una capacidad infinita para la destrucción y para crear problemas sociales.
Es interesante notar que muchas de las drogas que hoy están prohibidas no siempre fueron consideradas peligrosas para la salud o el bienestar humanos. Por ejemplo: durante la segunda mitad del siglo XIX, la cocaína, el opio y la heroína estaban legalizadas en Estados Unidos y se conseguían con facilidad. Podían comprarse sin receta en cualquier farmacia. Algunas se usaron extensamente en medicinas patentadas. La Coca-Cola contuvo cocaína durante diecisiete años, hasta que fue reemplazada por la cafeína en 1903.
Algunos países que en la actualidad tratan de acabar con el comercio de las drogas anteriormente lucharon para expandirlo. Las guerras del opio —dos guerras peleadas a mediados del siglo XIX por cuestiones comerciales cuando el gobierno chino trató de detener el mercado ilegal de opio en su país— terminaron con la derrota de China y la obligación de legalizar la importación de opio a ese país.
¿Delito sin víctimas?
También hoy hay quien favorece la legalización de las drogas. Se considera que esto es la solución de los problemas que supone el comercio ilegal de drogas. Otros opinan que consumir drogas “para divertirse” es un asunto personal y privado, y lo califican de diversión inofensiva. Pero, ¿es el consumo de drogas ilegales un “delito sin víctimas”, como aseguran algunos? Considere los siguientes ejemplos:
● Natasha Ashley, una mujer de veintiséis años de edad embarazada de ocho meses y medio, está hablando con una amiga en una acera de una zona llamada Little Italy, en la ciudad de Nueva York. Súbitamente, un coche salta el bordillo, atropella a las dos mujeres y aplasta la pierna izquierda de la señora Ashley contra una farola, dejándosela casi destrozada desde la rodilla hacia abajo. Su amiga también resultó con una pierna rota. La policía encontró al conductor dentro del automóvil bajo los efectos de las drogas y mientras todavía sostenía en la mano una jeringuilla. “Parece que se administró una sobredosis mientras conducía”, dijo el paramédico que atendió a las víctimas.
● Michael Perkins, de tan solo doce años de edad, está muerto. Murió en un incendio que destruyó el edificio de apartamentos en el que vivía. La policía dice que el incendio fue provocado por traficantes de crack después de que su padre se quejara de las actividades relacionadas con la droga que llevaban a cabo en el edificio.
● Rosa Urena no comenzará a asistir a la universidad el próximo otoño ni se casará el año que viene, como había planeado. Mientras dormía en su cama, fue herida de muerte en la cabeza por una bala perdida que atravesó la ventana de su habitación y la cabecera de la cama. Debido a una disputa territorial, unos traficantes de drogas acribillaron a balazos el edificio donde vivía.
● Un adicto al crack de diecisiete años de edad comienza una serie de robos para sostener su drogodependencia. Ocho días más tarde, cuando se le captura, lleva asesinadas a cinco personas y heridas a otras seis. “Todas las víctimas eran simples trabajadores inocentes”, hizo notar el jefe de los detectives a cargo del caso.
Todos estos incidentes relacionados con las drogas no son más que unos cuantos de los que tuvieron lugar este año en una sola ciudad. Y están aumentando a un ritmo alarmante.
¿Cuán seguro se sentiría usted en una autopista si supiera que un porcentaje relativamente alto de los demás conductores han ingerido una droga que afecta el juicio y los reflejos? ¿Subiría tranquilo a un autobús, un avión o un tren si supiera que los responsables de su seguridad podrían estar bajo los efectos de las drogas? “Ya se han dado casos de drogadictos que son pilotos de avión, maquinistas de tren, conductores de autobuses y camiones, empresarios, médicos, profesores y otras personas que ocupan cargos de autoridad y que han originado situaciones peligrosas por ‘colocarse’ [drogarse] mientras están de servicio”, dice el periódico Manchester Guardian Weekly.
La investigación llevada a cabo sobre un reciente accidente ferroviario de trágicas consecuencias ocurrido en Mount Vernon (Nueva York) reveló que los cinco ferroviarios implicados habían tomado drogas. El administrador federal de ferrocarriles, John H. Riley, dijo: “Durante los pasados dieciséis meses hemos tenido una media de un accidente ferroviario grave en el que hubo implicado consumo de alcohol o de drogas cada diez días, con un saldo de más de 375 personas fallecidas o heridas. En los últimos dos años, uno de cada cinco accidentes ferroviarios en los que hemos hecho pruebas para detectar drogas ha dado positivo, y el 65% de las víctimas mortales ha fallecido en accidentes en los que uno o varios empleados habían ingerido alcohol o drogas”.
Las drogas y el crimen
Uno no tiene que viajar para sufrir las consecuencias del extenso consumo de drogas. Las víctimas frecuentemente son personas que están en sus propios hogares o en las calles. Impelidos por la necesidad de sostener su costoso hábito, muchos drogadictos recurren a cometer delitos: asaltos, robos, robos con escalo. “Un estudio efectuado recientemente por el Departamento de Justicia descubrió que un sorprendente 79% de los acusados de delitos en algunas ciudades dieron positivo en las pruebas para detectar el consumo de drogas”, dice la revista U.S.News & World Report.
Además, también hay que considerar los frecuentes tiroteos entre facciones rivales del mundo de las drogas y las represalias que toman contra los que no les pagan. En muchas ocasiones, transeúntes inocentes se ven atrapados en estas confrontaciones. “Si sucede que alguien a quien hay que matar se encuentra en un grupo de otras cuatro o cinco personas —dice un oficial de policía—, lo sentimos por esas cuatro o cinco personas.”
En la capital de Estados Unidos, Washington D.C., hubo 228 asesinatos en 1987, el 57% de los cuales estuvieron relacionados con los estupefacientes. En la ciudad de Nueva York se cometieron 1.961 asesinatos, una media de cuatro diarios. Más del 38% de estos asesinatos pueden atribuirse a las drogas. “El Departamento de Bomberos de Oakland (California, Estados Unidos) atribuye más de 180 casos de incendios premeditados ocurridos en la ciudad el año pasado a las guerras entre las diferentes bandas de traficantes de drogas y a las represalias tomadas contra clientes morosos o residentes que se quejaron públicamente del comercio de crack —una forma muy potente de cocaína— que se lleva a cabo impunemente en la ciudad”, dice un informe del periódico The New York Times.
La sociedad entera siente los efectos tanto del abuso de las drogas —el aumento de delitos y violencia, las cargas que suponen la reducción de la productividad económica y los trágicos accidentes, la corrupción pública— como del alto costo que este abuso supone. Pero, en realidad, quienes pagan el precio más alto son los propios consumidores de drogas. ¿Cómo?
Los riesgos de consumirlas
“La drogadicción es mala. Puede destruir la mente y matar el cuerpo. En una palabra, es una cosa estúpida.” Así se expresó con relación a las drogas Malcolm Lawrence, quien fue colaborador especial del secretario de Estado norteamericano para el Control Internacional de Estupefacientes. Pero, ¿qué hay de los que se jactan de que no son adictos y aseguran que pueden dejarlo cuando quieran? “Conozco gente que ha tomado crack varias veces y nunca lo ha vuelto a hacer”, dijo un estudiante de escuela secundaria.
“Es verdad que no todos los chicos que le dan una chupada a un porro o se beben una botella entera de licor terminan como yo”, dice un ex adicto llamado Ken Barun, que empezó a consumir marihuana cuando tenía dieciséis años y luego pasó a píldoras, alucinógenos, heroína y cocaína. Él pensaba que nunca llegaría a cumplir veinticinco años. Pero muchos sí desarrollan drogodependencia, y nadie puede decir a quién le va a suceder eso hasta que ya es demasiado tarde.
Uno de los problemas de las drogas es que le dejan a uno indefenso. Por ejemplo: la cocaína, en la actualidad una de las drogas de las que más se abusa, en un principio hace que uno se sienta más fuerte, más despierto y seguro de sí mismo, hace que uno sienta que puede controlar más su propia vida. Es una sensación tan buena, que impele a desear probarla una y otra vez. Pero cuando uno continúa con el consumo, comienza a sentirse mal sin la droga: inquieto, confuso, nervioso, deprimido. Le hace falta más. Ahora bien, junto con el consumo continuado vienen la adicción y una larga serie de problemas, entre los que están la paranoia, las alucinaciones y las psicosis.
Los investigadores han descubierto que el consumo de cocaína puede causar daños permanentes al corazón y provocar ataques cardiacos y apoplejías. Se cree que Len Bias, un famoso jugador norteamericano de baloncesto que murió en 1986 debido a un ataque al corazón provocado por la cocaína, solo tomó la droga una vez.
El crack, un derivado de la cocaína, es aún peor. La publicación Medical Aspects of Human Sexuality dice que “la razón de que el crack sea tan peligroso es que es una droga con un potencial extremadamente alto para crear adicción y una enorme capacidad para causar graves trastornos médicos y psiquiátricos”. Puesto que es barato y fácil de conseguir, atrae especialmente a los jóvenes. Se sabe de consumidores de crack que han asesinado a sus padres y después se han suicidado.
“Los informes de muertes y emergencias médicas relacionadas con la cocaína aumentaron significativamente entre los años 1983 y 1986”, dice un informe especial del interventor general de Estados Unidos. Los datos recogidos por DAWN (siglas en inglés para Servicio de Información sobre el Abuso de las Drogas) de diversos médicos y hospitales muestran un aumento de un 167% en las emergencias médicas y de un 124% en las muertes causadas por el consumo de esta droga en dicho período.
Trágicos efectos en los jóvenes
Uno de los resultados más trágicos del abuso de las drogas es el efecto que tiene en los niños. “La historia del maltrato y abandono de niños en la ciudad de Nueva York durante 1987 es la historia de un aumento vertiginoso en el abuso de las drogas”, informa el Internal Fatality Review Panel of the Human Resources Administration, uno de los organismos oficiales de la ciudad. Se dieron 46.713 casos de maltrato y abandono de niños, con el resultado de que murieron 103 de estas criaturas. Aparte de esto, durante el año fiscal de 1987 nacieron en la ciudad más de 2.500 niños con síntomas de síndrome de abstinencia. Como consecuencia de la cocaína, muchos bebés nacen prematuramente. Además, pesan muy poco al nacer, ya que la droga limita el flujo de sangre a la placenta y reduce el suministro de oxígeno y sustancias nutritivas que llegan al feto.
También nacen bebés con el terrible virus del SIDA, transmitido por el consumo de drogas por vía intravenosa y contagiado por la madre al feto. Para finales de este año, tan solo en la ciudad de Nueva York habrán nacido unos mil bebés infectados con el virus del SIDA. “Únicamente hemos empezado a ver la devastación”, dice el doctor Leonard Glass, director de la sección neonatal del Centro Hospitalario de Kings County. Todos los meses mueren a causa del SIDA en este hospital de Brooklyn tres o cuatro bebés.
En vista de las peligrosas y mortíferas consecuencias del abuso de las drogas, sería lógico pensar que el mundo se rebelaría contra el tráfico de drogas y lo desbarataría. ¿Por qué, pues, está aumentando? ¿Existe alguna esperanza en el futuro?

Algunas drogas de las que comúnmente se abusa

Droga         Posibles efectos             Riesgos
                                         de su consumo
Opio          Euforia, somnolencia,      Respiración
Heroína       apatía, náuseas            poco profunda,
                                         convulsiones,
                                         coma, muerte
Barbitúricos  Habla confusa,             Pulso débil
Quaaludes     desorientación,            y acelerado,
Valium        cambios drásticos          respiración poco
              de estado de ánimo,        profunda,
              languidez                  coma, muerte
Cocaína       Aumento de la              Recelos,
Crack         confianza y                comportamiento
Anfetaminas   la agudeza mental,         extraño,
              euforia, disminución       alucinaciones,
              del apetito, ansiedad      convulsiones, muerte
LSD           Ilusiones,                 Episodios más
PCP(“polvo    alucinaciones,             largos e intensos,
de ángel”)    alteraciones en la         comportamiento
              percepción                 extraño y peligroso,
              del tiempo y la distancia  psicosis, muerte
Hachís        Euforia, disminución       Fatiga, aturdimiento,
Marihuana     de las inhibiciones,       paranoia, tal vez
              aumento del apetito        psicosis


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