domingo, 22 de marzo de 2015

LAS “OVEJAS” LEALES GUARDAN INTEGRIDAD


Las “ovejas” de la ilustración de Jesús hicieron esfuerzos extraordinarios por ministrar o servir a los “hermanos” del Rey mientras éstos estaban enfermos y en prisión. Y hoy, en algunas partes de la Tierra, no solo los del “rebaño pequeño,” sino también las “otras ovejas” que sirven de manera tan leal y con tanta unidad con ellos, han experimentado escasez y persecución, enfermedad y aprisionamiento. Por ejemplo, de 1933 a 1945, cuando el nazi Hitler estuvo procurando con empuje conseguir la dominación mundial, los testigos de Jehová experimentaron persecuciones enconadas... primero en los países nazifascistas, y después en todas las naciones en guerra. Muchos, tanto del “rebaño pequeño” como de las “otras ovejas” del Señor, fueron muertos. ¡Pero vencieron maravillosamente al adherirse firmemente a su integridad al Rey y su reino!
13 Los historiadores han comentado frecuentemente en cuanto al contraste que hubo entre la actitud de transigencia de las religiones de la cristiandad y la integridad de los testigos de Jehová bajo presión. Por ejemplo, en el libro A History of Christianity, publicado en Londres, Inglaterra, en 1976, Paul Johnson dice primero lo siguiente acerca de las iglesias católica y evangélica de la Alemania de Hitler: “Ambas iglesias, por lo general, dieron apoyo masivo al régimen. Los obispos católicos dieron la bienvenida al ‘nuevo y firme énfasis sobre la autoridad en el estado alemán’; el obispo Bornewasser dijo a la juventud católica en la Catedral de Trier: ‘Con cabeza en alto y paso firme hemos entrado en el nuevo reich y estamos dispuestos a servirle con toda la potencia de nuestro cuerpo y alma.’ En enero de 1934 Hitler habló con doce líderes evangélicos, y después de esta reunión ellos . . . emitieron un comunicado en el cual declaraban solemnemente que ‘los líderes de la Iglesia Evangélica Alemana afirman unánimemente su lealtad incondicional al Tercer Reich y su caudillo.’”
14 Entonces, con referencia a las pocas personas que afirmaban ser cristianas y que, según él dijo, “se adhirieron a sus principios,” el escritor pasa a decir: “Los más valerosos fueron los testigos de Jehová, quienes proclamaron su franca oposición doctrinal desde el principio y sufrieron en armonía con ello. Rehusaron dar cooperación alguna al estado nazi, al cual denunciaron como totalmente malvado. . . . Muchos fueron sentenciados a muerte por negarse a rendir servicio militar . . . ; o terminaron en Dachau o en asilos para dementes. A la tercera parte de ellos, de hecho, se les mató; el noventa y siete por ciento sufrió persecución de una forma u otra. Fueron el único grupo cristiano que despertó la admiración de Himmler.”
15 No como pacifistas, sino como cristianos neutrales que apoyaban el reino entrante de Dios, jóvenes Testigos se encararon a prisión y a ejecución por no violar su integridad, como de ello testifica una típica ‘última carta’ que se presenta con este material. Por toda la Tierra, fuera en países del Eje o de los Aliados, los “hermanos” del Rey y sus “ovejas” compañeras fueron atacados por chusmas, golpeados, enviados a prisión y maltratados. Pero vencieron en su guerrear espiritual. El Diablo no pudo quebrantar la lealtad de ellos al Reino. Como Jesús antes de ellos, demostraron que ‘no eran parte’ del mundo de Satanás.—Juan 15:19.


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