jueves, 5 de marzo de 2015

¿“Santos” u orixás?


Tanto el catolicismo como las religiones africanas creen en la existencia de intercesores entre Dios y el hombre. El pueblo yoruba, por ejemplo, recurría a los orixás (u orishas), guerreros y reyes deificados que supuestamente controlaban las fuerzas naturales y mediaban entre ellos y su dios supremo, Olorun. Del mismo modo, los católicos afirman que los “santos” interceden entre Dios y la humanidad, e invocan a algunos en específico para que los protejan en determinadas ocasiones.
En lugar de olvidarse de sus orixás, muchos esclavos camuflaron su devoción venerando a “santos” con características similares. Así, el dios yoruba de la guerra, Ogún, tomó el lugar de “san” Antonio o de “san” Jorge, soldados y héroes de la cristiandad.
Asimismo, a Iemanjá (Yemayá), madre de todos los orixás y diosa del mar, se la llegó a relacionar con diferentes “apariciones” de la virgen María. Al Señor del Bonfim, el “santo” más popular de Salvador, se le asocia con Oxalá, el orixá supremo del panteón yoruba. Dicha asociación sigue presente en el ritual anual mencionado al principio.
“La gente cree sinceramente y con la misma fuerza en Jesús, los santos católicos y los orixás”, comenta un dirigente católico de la ciudad de Salvador. “Muchos están entre una religión y otra —asegura un antropólogo brasileño—. Salen de misa y se van directamente a un centro de candomblé.”
La fusión de catolicismo y los cultos africanos es un asunto delicado. Lucas Moreira, quien fue presidente de la Conferencia Episcopal Brasileña, declaró: “Cada cual debería seguir su propia fe, sin mezclarla”. En cambio, un obispo católico afirmó: “El sincretismo es una realidad que desafía la acción pastoral”.
Así pues, existen dos bandos opuestos. Los conservadores luchan contra lo que según ellos es pagano y demoníaco, mientras que otros presionan para que se incluyan símbolos y bailes africanos en los ritos de la Iglesia.
¿Qué diría Jesús?
Jesucristo, el Fundador del cristianismo, predicó a gente de varias etnias y religiones, pero dijo bien claro: “Los verdaderos adoradores adorarán al Padre con espíritu y con verdad, porque, en realidad, el Padre busca a los de esa clase para que lo adoren” (Juan 4:23). Además, Jesús señaló que el Padre, Jehová Dios, revela la verdad mediante Su Palabra, la Biblia (Juan 17:17).
Jesús indicó a sus seguidores que enseñaran a “gente de todas las naciones” a “observar todas las cosas que [él había] mandado” (Mateo 28:19, 20). Cristo nunca les dio a entender que debían modificar sus enseñanzas a fin de atraer a gente de diferentes tradiciones y creencias. En los días de los apóstoles hubo quienes trataron de introducir ideas y costumbres de otras religiones, pero tales intentos fueron condenados. “Sálganse de entre ellos, y sepárense —escribió el apóstol Pablo—, y [Dios] los recibir[á].” (2 Corintios 6:17.)



No hay comentarios.:

Publicar un comentario